¿Partido político?
Partido político, parece una frase que no tiene mayor relevancia en el pensamiento, pero en realidad causa un gran conflicto, fomenta la división, el odio, la separación de mi hermano y hasta la muerte.
El pasado 12 de Marzo se celebró en nuestro país El Salador, las elecciones de alcaldes y diputados para un nuevo periodo legislativo. Fue una campaña muy encendida, en todo el país, los diferentes “partidos” políticos, trabajaban incansablemente, cientos de voluntarios afanosamente ponían sus esperanzas en sus líderes y sus estrategias; pero tiene que haber un ganador y un perdedor, la alegría y la decepción era de esperar en todas partes.
En muchos lugares hubo peleas, discusiones, heridos, amenazas de muerte entre otras. El corazón mezquino de los hombres y el amor al poder hicieron que la decepción de muchos fuera mayor, ya que en lugar de hacer alianzas o coaliciones, aunque este método fue empleado por varios, hizo ganar las elecciones en sus sectores como por ejemplo: San Miguel, con la unidad de la mayoría de los partidos políticos ganaron las elecciones, estaría de ver la forma de gobierno que ejercerá el alcalde.
Pero el desaliento es menos y la mayoría salen favorecidas.
Lo peculiar de estas elecciones fue que muchos salvadoreños no salieron a votar, el desencanto ha sido palpable y la esperanza en un personaje que de verdad proponga políticas que beneficien al pueblo salvadoreño. Existe un cansancio sobre las promesas no cumplidas, el Salvador ya no es el Salvador de hace 20 años.
Un ejemplo práctico de unidad nos lo dieron unos salvadoreños que pocos conocíamos, unos cuantos pescadores de alguna playa de nuestro país, que luego de la hazaña en el mundial de futbol de playa en Italia, ayudados por un corazón que caracteriza a nuestro pueblo, “luchador”, dieron el todo por el todo, la mayoría de los salvadoreños nos sentimos orgullosos de ser salvadoreños, y todo esto por algunos Salvadoreños desconocidos que nos representaron en el exterior.
La fiebre que había en el Pulgarcito de América, hizo que personas de ideologías políticas distintas, religión, pobres y ricos, todo El Salvador estaba alegre de sus guerreros de playa, como les han llamado.
¿Cómo es posible que unos cuantos salvadoreños nos llamen a la unidad, abonando su condición humilde?, somos un país pequeño, pero difícil de gobernar, dice un dicho popular; pero estos jóvenes nos dieron una lección de verdadera unión de nuestro pueblo.
Es púes un mito que no podemos ser bien gobernados.
Nuestro pueblo necesita tener esperanzas en personas que sean honestas, que amen a su gente, que no haya esa visión partidista, que en lugar de unir destruya la armonía sobre nuestros hermanos.
Los periodos de conflicto armado son cosa del pasado, debemos ver hacia nuevos horizontes, en busca de la unidad.
Es una lástima que se entone un himno que no se debería cantar nunca más “…Libertad se escribe con sangre...donde los rojos terminaran…”, no podemos seguir en lo mismo, tenemos que tener una mente de unidad.
La propuesta del evangelio es liberadora, integradora, unificadora.
El apóstol Pablo dice: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. (Gal.3:28).
Las buenas nuevas de salvación que enseñó Jesús, trazan la visión del reino donde los hombres alcanzan su realización, la unidad con el creador y con el prójimo, donde la justicia está en primer plano, justicia para todos.
La mejor propuesta para la unidad parte desde las escrituras para una vida que agrada al Eterno.
Julio César Ulloa Benavides.
Pastor.
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