domingo, 10 de junio de 2012

Saulo y la religión


La humanidad se ha distinguido históricamente por ser religiosa, entendiendo religión del latín religare como “unirse a Dios”, o “unido a”. En el tiempo hemos tenido la intervención de la religión en todo lo que relaciona a la vida social, la misma religión era parte de la cultura y no existe cultura sin religión.

El cristianismo en sus inicios no era considerado como algo independiente del judaísmo sino una secta de este, tomando en cuenta que el término secta no tenía en aquel momento una connotación negativa, significaba “los que eran de una misma opinión”[1] el texto Bíblico expresa:

 “Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos”. (Hechos 24:5)[2] 

Como podemos observar los cristianos eran considerados como parte del judaísmo, con sus características que les distinguían del grupo[3].

Las escuelas del pensamiento religioso judío velaban por sus intereses personales, e interpretaban las escrituras de acuerdo a esos haberes:

“Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas”. (Hechos 23:8) [4]

La centralidad de la religión no era el bien común, sino el establecer una diferencia con las demás, justificándola por medio del escrito o dogma.

Saulo era un judío que tuvo una conversión a las enseñanzas de Jesús, fue éste quien elevó la compresión del mensaje del reino de Dios al mundo conocido.

En el camino de Jesús había encontrado “libertad en Cristo”, pero si Saulo vivía en una religión exclusiva e importante ¿por que cambió su forma de pensar? ¿Qué le motivó a dejar los rituales, y vivir una vida diferente a sus contemporáneos? ¿Por qué decidió cambiar de camino si sabía que corría peligro a un de muerte? Estas preguntas merecen una respuesta para la reflexión de cara a buscar la verdad de Dios en la vida de los hombres.

Lo relevante del apóstol de los gentiles nos interesa en este punto, ya que la Biblia registra un profundo cambio de pensamiento, por lo tanto tocaremos uno de los tres textos que nos hablan de su conversión en el escrito de los Hechos de los apóstoles:

“Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén. Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?» El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.»” (Hechos 9:1-6) [5]



La religión que seguía Saulo era una de las ramas del judaísmo fariseo, aunque el origen del nombre no se establece;  pero hay sospechas que se formaron en la revuelta de Judas Macabeo y que lucharon juntamente contra los Seleúcidas cerca del 135 a.C. posteriormente ante las pretensiones de mando de los Asmoneos se separaron formando su propio partido que buscaba agradar a Dios por medio del cumplimiento de la ley[6]. El cumplimiento de esa ley al pasar el tiempo se impuso sobre el bien hacer de los practicantes, Jesús criticó el día de reposo:

“El sábado se hizo para el bien de los seres humanos, y no los seres humanos para el bien del sábado”. (Marcos 2.27) [7]

Saulo tenía impregnada esa visión deshumanizada sobre el hombre, era la interpretación sobre palabra de Dios que se imponía sobre el hombre, era la religión que seguía este hombre, y estaba más que seguro que hacía la voluntad del todo poderoso, y que sus acciones irracionales eran agradables a Dios.

Su corazón estaba ensombrecido, como lo revela en la carta a los romanos:

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido”. (Romanos 1.21)[8]

¿Quién podría expresarse de esa manera sino aquel que había experimentado tal vida sin Dios?

Saulo había sido parte de la ejecución del mártir Esteban (Hechos 7.1-60), sus persecuciones en contra de los seguidores del Camino de Jesús, hacia que fuera temido aun después de su conversión.

La élite religiosa y política estaban de acuerdo con el exterminio de hombres y mujeres, que desde Jerusalén (Sumo sacerdote), daban las ordenes,  aparte de eso se dice: que la comisión que acompañaba a Saulo para arrestar a los cristianos eran soldados romanos, (el templo tenía soldados pero creo que no se distanciaban tanto de su lugar), el comentario que hace el Código Real destaca que la voz que escuchó Saúl era en hebreo, por eso los soldados no la entendieron porque eran romanos[9], podemos notar que Saúl pertenecía a una religión que operaba en contra de los fieles a Dios, que creían a ciegas que obedecer a los líderes era obedecer a Dios.

La religión de Saúl era una religión: de miedo, de tortura, persecución y de muerte.

Posiblemente esa contradicción confrontó la vida de Saulo, quien se volvió de perseguidor a perseguido; por cuanto concluyó que los cristianos eran verdaderos hombres y mujeres de Dios.

Parece que los intereses de hoy, no caminan muy lejos del tipo de religión que practicaba Saulo, una religión que ve al ser humano como un utensilio, un esclavo, un robot, sin sentimientos, sin necesidades. No existen proyectos de rehabilitación para los necesitados, al contrario se construyen proyecto de infraestructuras millonarias, a costa de todos los hermanos, el sacrificio que hacen no se les devuelve en la restauración de sus vidas, sino que encuentra una satisfacción en lo bonito que estuvo el culto, en lo decorativo, o en la experiencia emocional de “adoración” litúrgica.

Saulo magulló a los seguidores del Camino de Jesús, pero algo diferenciaba a aquella religión de muerte, esta contaba con algo que nunca se imaginó encontrar, aquel hombre fiero, duro de corazón, y la verdad que lo más importante de aquella secta, era lo que debe distinguir al cristiano de hoy “el amor”.

Saulo golpeo con odio, el cristianismo golpeo con amor, esa fue la escena que presenció en la muerte de Esteban cuando dijo “Señor no les tomes en cuenta este pecado”, el amor era la gracia  de Dios que gobernaba los corazones de los primeros cristianos, era la aceptación del prójimo a la comunidad, era el rechazo de la ideología esclavista, deshumanizante que negaba la restauración de la imagen y semejanza de Dios.

Es de mencionar, que Dios siempre estará con los sufrientes, se encarna en ellos, por eso dice al perseguidor “por qué me persigues”, la Iglesia tiene la tarea de estar al lado de los que sufren, como Jesús lo muestra con su acción en los más débiles.

Esa religión que incomodó el corazón de Saulo, debe ser la religión que incomode a este mundo perverso, alejado de la justicia de Dios, que pisotea el rostro de los más desvalidos, de los que no pueden ver la luz sino obscuridad.

El caso de Saulo fue importante para los cristianos del pasado como también para nosotros hoy, podemos hacernos la misma pregunta ¿Qué clase de religión seguimos? ¿Estaremos en la religión equivocada? Saulo cría que estaba obedeciendo a Dios pero sus acciones daban a entender que estaba en una religión de muerte.

Saulo fue liberado por Jesús, “la verdad lo hiso libre”, no le importo las consecuencias, estaba dispuesto a seguir el Camino a toda costa y difundirlo a toda la humanidad, los escritos de Saulo y los tratados de su escuela, nos reflejan la importancia de volver a mirar, a releer las escrituras para encontrarnos al Dios de amor, al Dios de Jesús, al Dios de Pablo, considerando nuestra relación con Dios y el prójimo.



“No todo religioso, entrará en el reino de los cielos, sino todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo”









[1] D.A. Hayyim, “El Código Real”. pag.405
[2] Biblia Reina Valera 1960
[3] Los fariseos, los saduceos, los esenios, eran sectas del judaísmo y se distinguían por su interpretación de las escrituras.
[4] Biblia Reina Valera 1960
[5] Biblia Jerusalén
[6] L. Coenen, E. Beyreuther, H. Bietenhard, “Diccionario Teológico del Nuevo Testamento” pag.167
[7] Biblia Lenguaje Sensillo
[8] Reina Valera 1960
[9] D.A. Hayyim pag.405

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