jueves, 6 de febrero de 2014

El Bautismo en agua y su incidencia en el mundo


El Bautismo en agua y su incidencia en el mundo

       I.            Contexto social en tiempos de Jesús.

“la situación social depende estrechamente de la situación económica, en realidad se funde sobre esta”[1].
De esta situación surge un “mundo en compartimientos”[2], los dominantes y los dominados. Los dominantes, los poderosos, eran representados por la aristocracia, hombres que sustentaban sus intereses controlando los medios de producción, entre ellos se encontraban: los prestamistas o banqueros, terratenientes, religiosos, representantes del gobierno, industriales… esta clase de personas eran familias que se habían destacado históricamente por medios legales e ilegales[3] para llegar a tener más poder económico. Además estas familias para mantener su estilo de vida, escalaban peldaños en la política, asegurando así el control de los medios. Igualmente estando en el poder (las familias), establecían nexos con otros “linajes” pudientes para ayudarse mutuamente a sostenerse, a costillas de las grandes mayorías que se debatían entre la vida y la muerte en el mundo. 

La centralización del poder hacía acrecentar la desigualdad entre el otro grupo, los dominados, que se volvía dependiente del dominante por las necesidades más apremiantes como el pan de cada día.
Entre los dominados se encontraban los colonos, establecidos con el dominante, estos residían en los terrenos del dominante con algunos beneficios.

También, de los dominados destacaban, los obreros asalariados, pero ante la creciente población, el trabajo se reducía,  y el salario no era justo, los dominantes se aprovechaban de la necesidad reduciendo la paga del obrero, encareciendo aun más su existencia.

Pero el grupo más afectado de estos, eran los esclavos, perdían todo derecho, el amo era el dueño de todo su ser, podía hacer con él o con ella todo lo que se le ocurriera, marcarlos con fuego, los ataban, los alquilaban… el esclavo no era reconocido como persona, sino como animal o cosa, de ahí el mal trato que recibía. La ley estaba en su contra y no reconocía su humanidad.

La injusticia social era el pan diario de parte de la estructura o súper-estructura, económica establecida que velaba, por el sostenimiento de los poderosos, en detrimento de las grandes mayorías empobrecidas.
En este sentido la desigualdad, la corrupción… crea en las capas más bajas de la sociedad: la prostitución, mendigación, odio, crueldad, individualismo, hipocresía, mentira, robo, extorsión, engaño, asesinato y cuanto mal se conozca. Ni políticos ni religiosos, se salvan de esta visión de mundo, antes, durante y después de la vida de Jesús de Nazaret. 

Ante la visión de mundo que se vivía o mejor anti-mundo, surgen movimientos que subvierten el mundo conocido, lo cual no significaba un aislamiento de la vida en común, sino una confrontación con los generadores de injusticia.

Ante la centralización del poder, cualquier oposición, asía que las fuerzas del mal se abalanzaran hacia la posible agresión a sus intereses (poder-economía-capital-medios de producción). El Evangelio de Mateo antes de hablar de Juan el bautista, presenta el asesinato de los niños menores de dos años (Mateo 2.13) por Herodes el Grande, quien era el rey en esa época. La tan sola señal de agresión a sus intereses particulares o grupales, hiso que asesinaran con brutalidad a pequeños que comenzaban a vivir. Ante la muerte de Herodes el Grande, surge, su hijo, según Mateo 2.22 Antipas, gobernando Judea y otras provincias sosteniendo a si el poder, en manos de la familia Herodiana. 

La realidad del tiempo de Jesús no era cuento o invención, era la vida de los más afectados, las victimas; de las cuales no se habla mucho. Al contrario las victimas no se comprenden como tales sino parte de un cuento, casi irreal, espiritualizando los hechos reales y concretos. La historia de manera parcial, habla más de los victimarios y su posición, del porque actuaron salvajemente contra “los revoltosos”, poco se habla de los más afectados y sus motivos que les llevaron a actuar de la manera que lo hicieron. 

Los evangelios presentan la acción de hombres y mujeres desde la perspectiva de la víctima, se conocerá, no de manera exhaustiva la vida de algunos personajes y su confrontación con la visión del mundo y sobre todo se reflexionará sobre nuestro tiempo, de cómo se repiten aquellas acciones del pasado, que desfavorecen a los hombres y mujeres en el mundo. Además se tratara de conocer la incidencia del cristiano, y su compromiso para compartir el reino de Dios con la humanidad. 

                                                II.            Juan el Bautista
Tanto Juan el bautista como Jesús, nacen en un mundo lleno de injusticia: la sangre, la muerte, las enfermedades terminales, la peste,…eran la evidencia de la deshumanización que se vivía. Y como un movimiento alterno, surge desde las capas más bajas de la sociedad, siendo reconocido por el pueblo como portador del mensaje de restauración, Juan apodado el bautista. El movimiento del bautista no parte de la comunidad del templo, mucho menos del palacio del rey, sino en el desierto, símbolo pleno de dependencia del Eterno Dios.

Sus padres pertenecían a la religión ancestral de su pueblo, de hecho Zacarías era sacerdote y estaba casado con Elizabeth según Lucas 1.5-13, la rectitud, la obediencia a la ley de Moisés, que los padres de Juan vivían, fueron su primera escuela. La relación que Juan en su ministerio llego a tener con Jesús, no era única, ya que a estos dos personajes les unían lazos familiares, de hecho María, la madre de Jesús era pariente de Elizabeth según Lucas 1.36, y como familias que culturalmente son muy unidas[4], la infancia y adolescencia de Juan y Jesús debieron unirlos mucho mas, se conocían, debieron pasar momentos donde externaban sus ideales, y experiencias de la vida diaria. Además, debieron tener un mismo maestro o rabí que les enseño el sendero de vida, probamente haya sido el mismo padre de Juan, por ser sacerdote o algún maestro de la comunidad del desierto, Qumran.

a.      La gran decisión
Juan no es diferente a los hombres y mujeres en común, debió pasar por una crisis para decidirse al servicio a Dios y a su pueblo. Los grandes personajes del Antiguo Testamento y en especial Moisés, que en diversas ocasiones trato de evadir el sendero de vida o llamado de Dios (Éxodo 3.10-14).  Existe un detalle evadido por la mayoría de los escritores bíblicos en la actualidad[5], y es que todos los personajes que sirvieron a Dios, tenían como punto de referencia (semejante a una espina incrustada en el cuerpo) a los perdidos, a los afligidos, a los justos, los pobres, los enfermos, los hambrientos… como el caso de Moisés, donde el sufrimiento de su pueblo Israel, esclavo en Egipto por más de 400 años. Se puede decir que era el impulso del Señor, que le llevó a tomar la gran decisión de hacer la diferencia y trabajar en favor del reino de Dios; ya que conocía su realidad, era testimonio viviente de lo que sucedía, era parte de su historia, y por amor a Dios y a su pueblo decide voluntariamente servir a Dios en medio de la humanidad. El caso de Juan en contraste con el de Moisés, no es la acepción, puesto que las condiciones de su pueblo no eran, la más favorable. 

b.      El maestro
Juan el bautista, fue llamado, en hebreo rabí, que significa maestro (Juan 3.26), esto representa, que el pueblo le había facultado, según las exigencias éticas de los hombres y mujeres que buscaban a Dios en la práctica de la vida, en la justicia, en el amor y la verdad. Como maestro trata de ayudar a sus discípulos, que no eran un par, sino incontables. A sus discípulos les enseño a ayunar, según Marcos 2.18, a orar, según Lucas 11.1, pero sobre todo enseño a ejercer la justicia, en su gran mensaje sobre el arrepentimiento y bautismo en agua. En Lucas 3.2-14, se encuentran algunas frases que reflejan su realidad de su tiempo:
 “…frutos dignos de arrepentimiento…, el que tiene dos túnicas, de al que no tiene; y el que tiene que comer haga lo mismo…a los publicanos les dijo: no exijáis más de lo que esta ordenado… a los soldador les dijo: No hagáis Extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario”[6].
El justo Juan, no pretendía con su acción en el mundo, fomentar una jerarquía, como el caso de algunas familias que se habían apoderado del templo (Juan 18.13) y de otras instituciones del estado, en compadrazgo con los poderosos, legitimando a los dominantes.
Juan no quería una vida similar, sino nada  mas empoderar a sus discípulos por medio de la enseñanza y la acción de la palabra, desde el Dios de la vida, comprendiendo que el conocimiento de Dios, trae liberación. 

Su lugar de reunión era el mundo (Salmos 24.1-2), entendiendo que Dios no puede ser limitado en un lugar especifico[7], significa que no estaba a favor del templo en Jerusalén, con su actitud daba a entender su desaprobación, su trabajo lo realizaba en el desierto, su alimento dependía de lo que Dios daba por medio del fruto de la tierra. Pero también Juan enseñaba sin temor, a denunciar las injusticias de los poderosos.

Además la presentación del mensaje de Juan, incluía lo que el cristianismo realiza a los convertidos, o a los que han decidido seguir el camino de Jesús voluntariamente, el bautismo.

c.       El bautismo de Juan
El bautismo palabra griega baptizo, que tiene un sentido de sumergir, cubrir, rito hebreo y de otras religiones que representaban la limpieza de las impurezas o pecados por medio del baño con agua. Como el caso de Naamán[8], el general del ejército sirio cuando se zambulló en el Jordán para ser sanado de la lepra. 

Era conocido que los hebreos realizaban baños de purificación para realizar las ceremonias establecidas, J. Ratzinger se queda corto al exponer que el bautismo es el inicio de una vida diferente:

“se trata realmente de superar la existencia pecaminosa llevada hasta entonces, de empezar una nueva vida, diferente”[9].
Pero es importante aclarar que el bautismo no tiene el poder para quitar pecados, ni tampoco es el inicio de una vida diferente, James Dunn aborda este punto de la siguiente forma:

“el perdón de los pecados es un producto o un resultado del arrepentimiento… el bautismo de Juan es la expresión del arrepentimiento que trae como resultado el perdón de los pecados…Hechos 3.19; 5.31; 10.43; 11.18; 13.38; 26.18”[10].
Además agrega una cita del historiador judío Flavio Josefo:
 “…el bautismo de Juan no era para pedir perdón por los pecados cometidos, sino para la purificación del cuerpo, cuando el alma se había purificado previamente con una conducta recta”[11].
            Cuando en el Antiguo Testamento los israelitas se apartaban del arrepentimiento, los profetas surgían para guiar el camino descarriado:

“… los profetas los combatían y llamaban al arrepentimiento sin el ritual (por ejemplo Dt.10.16; Is.15.22; Jer.4.4, 7.3, 4; Ez.18.30, 31; Os.6.6; Am.5.21-24). Porque aun entonces era evidente que es el arrepentimiento el que recibe el perdón, no el ritual… pero la intención de Dios era que el ritual y el arrepentimiento se unieran, que el primero diera expresión vital a este último, y que este diera significado al primero… el bautismo de Juan era en esencia preparatorio, no iniciador”[12].
En este sentido el bautismo es la identificación pública, que su vida es totalmente otra, y que sus ideales no son los mismos que el mundo vive. Además el bautismo le identifica con una comunidad en particular, pero sobre todo lo identifica con Dios y el prójimo.
Juan llama al arrepentimiento a sus oyentes, lo hacía porque la condición del mundo era deplorable: injusticia, desprecio, exclusión, robo corrupción, opresión… abonando más al conflicto, que los pobres, también vivían un alejamiento de Dios y por lo tanto deshumanizante, con su mismo hermano, el pobre.
Desde los pobres surge entonces un movimiento alterno que se opone a lo establecido, Dios manifestando su presencia, a través de un hombre llamado Juan.

d.      La muerte de Juan
            El movimiento de Juan,  subvierte la visión de mundo que produce, la pobreza de vida de los  dominantes hacia los dominados y de los dominados hacia ellos mismos. Este movimiento no dejaba de tener sus opositores, entre ellos estaban, los religiosos que se habían extraviado del sendero de vida, imponiendo cargas que ni ellos podían cargar y los gobernantes, que detestaban a los “revoltosos”, encontrando en ellos síntomas mesiánicos de liberación para el pueblo que anhelaba la libertad. 

Juan como profeta de Dios no solamente se dedica a enseñar el camino de justicia a su pueblo, sino también a denunciar la mala práctica de los hombres que sustentaban el poder, ya que ellos eran considerados como representantes de Dios, gobernando a los hombres, pero ese gobierno no era muy humano, sus intereses eran personales y sectoriales, y en ese sentido permitían la corrupción, desde el más grande hasta el más pequeño, desde el más rico hasta el más pobre. La denuncia de Juan era fuerte, su temor era Dios, no el hombre.

Juan  decía a los líderes: 

“Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban a donde él estaba bautizando, les advirtió: ¡Camada de víboras! ¿Quién es dijo que podrán escapar del castigo que se acerca?[13]
Al rey Herodes le dijo “La ley te prohíbe tenerla por esposa”[14]
La acción de Juan le llevo a ser odiado, no por el pueblo sino por el poderoso. La gente acostumbrada a dejarse oprimir por el poderoso, al ver que había alguien que se enfrentara a los poderes temporales, se sentía representado y con mucha más razón examinaban que Dios no los había olvidado, reconociendo en Juan a un profeta. Pero que Herodes quería matarle por señalar su pecado, “viviendo con su ilegitima esposa-hermana-sobrina”-[15]. Aunque la Biblia señala un pecado de tipo moral, Juan debió hacer una crítica económica, como lo hacían los demás profetas del antaño a los reyes:

“excluyendo del juicio a los débiles, atropellando el derecho de los míseros de mi pueblo, haciendo de las viudas su botín, y despojando a los huérfanos”[16].

Las intenciones del malvado ante la injusticia cobra victimas, la sangre inocente corre por las calles y todo por el miserable placer que corrompe el corazón de los hombres.

Juan es asesinado por Herodes, le mando a cortar la cabeza, escena dantesca, presentándole a los poderes temporales la cabeza del “agitador de las masas”, que lo único que quería era justicia para los más necesitados. Desde ya se puede hacer una idea del poder diabólico, aunque no es una simple representación de fuerzas espirituales negativas, sino de hombres malvados que asesinan a los que estorban a sus intereses.

 III.            Jesús de Nazaret
Jesús de Nazaret, personaje más relevante en los evangelios. Nacido por obra y gracia de Dios en el ceno de un hogar humilde y religioso, y al igual que Juan el bautista con sus padres; José y María, sus padres[17], fueron su primera escuela. Antes y durante la manifestación de Jesús existía un mundo difícil, el cual María la madre de Jesús describe en el magníficat (el canto de María):

“…Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi salvador, por que sea dignado fijarse en su humilde sierva. Desde ahora me llamaran dichosa todas las generaciones, por que el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí. ¡Santo sea su nombre! De generación a generación se extiende su misericordia a los que le temen. Hizo proezas con su brazo; desbarató las intrigas de los soberbios. De sus tronos derroco a los poderosos, mientras que ha exaltado a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes, y a los ricos los despidió con las manos vacías…”[18]
El cántico de María manifiesta el conflicto que vivían los pobladores, el poderoso o el rico, empobreciendo más a los pobres. María representa al pueblo sufriente de su época y su anhelo es que el poderoso salga del país, dejando a su pueblo cosechar y disfrutar el fruto de su tierra, el fruto de sus manos. Jesús nace en ese mundo vivido y descrito por su madre.

De la vida temprana de Jesús se conoce poco, y razón hay, se habla de lo más significativo de su vida, nacimiento, obra, muerte y resurrección. Temas que se repiten en todos los evangelios. 

Aunque de manera somera Lucas revela parte de su nacimiento[19], y adolescencia”[20]. Lo importante es que Jesús no desconocía la realidad que se vivía, no vivía un mundo ficticio, era parte de la vida con los demás, con su familia, amigos, vecinos y pueblo en general. Jesús recibió educación como todos los niños de su edad, y Lucas lo confirma: 

“Jesús siguió creciendo en sabiduría y en estatura, y cada vez mas gozaba del favor de Dios y de toda la gente”[21]
Jesús tuvo muchos amigos en su infancia, y Juan el bautista debió ser uno de ellos. Mas detalles de la vida de Jesús, en su adolescencia, no se encuentran descritos en la Biblia, pero algunos relatos de su infancia se encuentran en los evangelios apócrifos[22], con una influencia gnóstica.

a.      La gran decisión
Es importante señalar que Jesús debió tener de 30 a 40 años de edad cuando decidió servir al Padre de amanera más pujante en medio de su pueblo. Aunque los evangelios no lo describen, es muy probable que Jesús haya meditado su decisión, tomando en consideración su mundo, sus hermanos israelitas, sus padres, amigos; pero sobre todo, el ejemplo de Juan, un familiar muy cercano e influyente, que amaba al Eterno y a su pueblo. 

Los evangelios presentan a Jesús buscando legitimar su decisión a la vista de sus hermanos, su vida no estaba condicionada por los ideales del mundo, caminaba con el Padre, ejerciendo su voluntad. Aunque la decisión de Jesús no era para que sus conocidos lo alabaran, no buscaba la alabanza de los demás, si no hacer la voluntad del Padre, que equivale a obedecer su Palabra. El ejemplo de dependencia a la Palabra lo encontramos en la tentación de Jesús y su repetida frase “escrito esta”[23]. Jesús debió tomar una postura más definida, combatiendo el mal con el bien, cuando supo de la captura de Juan el bautista, por parte de Herodes Antipas. Pero también conocía la condición de su pueblo que esperaba la redención de Dios.

b.      El maestro
A Jesús de Nazaret le llaman rabí que significa maestro. Nicodemo un dirigente de los judíos visita a Jesús de noche y lo identifica como rabí[24], ser maestro en tiempos de Jesús no era tarea fácil, las comunidades, representaban una estructura religiosa que se encargaba de enseñar los principios e historia de sus ancestros, teniendo como baluarte el ejemplo de Moisés el cual recibió la ley, este se las repartió a los ancianos y los acianos al pueblo y dentro del pueblo estaban los padres que tenían que enseñar a los pequeños, lo que habían recibido[25]

Jesús creció en sabiduría[26], esto significa que fue progresando su conocimiento, y con mucha certeza debió haber  tenido un maestro, como era costumbre en su pueblo, es probable que haya sido el mismo maestro de Juan el bautista, el que transmitió el conocimiento a Jesús.

Jesús de Nazaret, con mucha conciencia de la realidad, y considerado por la comunidad como un hombre recto, decide de manera más palpable salir a la luz, sin vacilar.  De este hecho, la comunidad del  Tabernáculo Bíblico Bautista Latinoamericano, considera que los aspirantes al bautismo, deben ser mayores de edad, porque tienen mayor compresión de la vida, no se bautizan infantes o pre-adolescentes, y se considera un rango de edad que puede ser de 15-18 años en adelante, dependiendo del nivel de comprensión de cada participante.

Jesús no recibió la denuncia de Juan como a los demás líderes religiosos “víboras”, sino como “cordero de Dios”, sinónimo de inocencia; aunque este nombre que recibe es un escrito post-pascual, antes no se le reconocía de este modo[27], sino que fue una reflexión posterior a su muerte. Pero la comunidad y el mismo Juan le conocían, por eso llegaron a comprenderle de ese modo, pero fue después de los hechos. Jesús era considerado un maestro, pero no cualquier maestro sino, uno con mucha sabiduría superior a la de Juan y por lo tanto Jesús debía bautizar a Juan, de ahí la negación de Juan para bautizarlo, pero es de rescatar la humildad de Jesús al ser bautizado por Juan. También en la vida de Jesús observamos que, discípulos de Juan se anexan a la comunidad donde Jesús de Nazaret es el rabí o maestro[28].

c.       Jesús es bautizado
El bautismo que recibió Jesús, no era para quitar pecados, sino un acto o rito preparatorio, a la vista de hombres y mujeres de su pueblo que, legitimaban tal acto. La comunidad estaba de acuerdo que Jesús diera ese paso, porque su vida o demostraba; anunciando que estaba listo para desempeñar la obra del Padre con mayor fuerza. 

Los evangelios presentan al movimiento de Juan el bautista, como un movimiento de gran impacto en las comunidades, se identificaban con Juan y su mensaje, les hablaba en su idioma:

 “Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán”[29]
La mención de Juan es importante en los evangelios, para hacer memoria de su intervención en el mundo, pero también  porque las comunidades[30] expresan  la presencia de Jesús, como una luz más intensa que la de Juan. 

El rio Jordán lugar donde Jesús fue bautizo, no era único para el ritual, “Enón”[31], era otra zona, en este sentido no había exclusividad del lugar para ser bautizado.

            A Jesús lo bautiza Juan, en este sentido es importante mencionar que debe haber una persona que bautice y que conozca al aspirante al bautismo, de ahí la importancia de vivir en comunidad.
            Además debe existir una experiencia previa con el Dios de la vida, y ser consciente de la lucha contra las fuerzas del mal, como lo estuvo Jesús. 

d.      La muerte de Jesús
La muerte de Jesús no fue la voluntad de Dios, sino la acción de hombres malvados que le quitaron la vida (el mundo), la voluntad de Dios fue la Resurrección de Jesús, ante la injusticia del  mundo sobre-sale la justicia de Dios. 

El camino que eligen los hombres  de Dios no es un camino lleno de fantasías, es la confrontación con la injusticia que llena el corazón de este mundo. Los profetas, Juan, Jesús, y todos sus seguidores más comprometidos por la instauración del reino de Dios en este mundo, tuvieron que pagar un precio, su vida.
Jesús tomó una postura bien definida en favor de los débiles, los excluidos, aunque el mensaje llegaba hasta lo más alto en los estratos sociales, lo que significa que el reino no está lejos de los poderosos, pero los poderosos tienen que tomar una postura en bien del ser humano y apartarse de ser esclavos del capital, donde el hombre no es reconocido por lo que es, sino que se vuelve un utensilio para los intereses de los más pudientes.


Conclusión:
El cristiano de hoy debe estar muy consciente de las injusticias que día a día acontecen en nuestro tiempo, desde lo más básico, la familia, hasta lo más complejo, los poderes establecidos, como la religión, el poder político, el crimen organizado, la corrupción, la deshumanización… 

El bautismo en resumen es el acto que me certifica ante mi comunidad, que soy una persona que ama a Dios y al prójimo, que le sirvo a Dios no por la fuerza sino por amor. Que tenemos mucho por hacer en este mundo que espera que surjan hombre y mujeres de verdad. Que nuestra vida no nos pertenece sino a uno solo, Dios.

La injusticia es nuestra enemiga, la justicia es nuestra senda a recorrer, el amor y la verdad.


Bibliografía:


Biblia Jerusalén 1998

Biblia Nueva Versión Internacional 1999

Biblia Reina y Valera 1960

Franz Fannon, (1963). Los condenados de la tierra. Mexico, D.F.: Fondo de Cultura Economica.

Joseph Ratzinger, (2007). Jesus de Nazaret. Ciudad del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana.

James Dunn (1977). El bautismo del Espiritu Santo. Buenos Aires, Argentina: METHOPRESS.

Marcelino Leguido, (1986). Fraternidad en el mundo, un estudio de eclesiologia paulina. Salamanca, España: EDICIONES SIGUEME, S.A.

Richard  Horsley-Neil Asher Silverman (2005). La revolucioin del Reino, como Jesus y Pablo trasformaron el mundo antiguo. España: Sal Terrae.





[1]              Leguido, M. (1986). Fraternidad en el mundo, un estudio de eclesiologia paulina. Salamanca, España: EDICIONES SIGUEME, S.A. p.20

[2]              Fannon, F. (1963). Los condenados de la tierra. Mexico, D.F.: Fondo de Cultura Economica. p.18

[3]              Los medios ilegales son altamente conocidos en la historia como: la confiscación de las tierras a los nativos por el extranjero, que busca la explotación industrial de estas, a diferencia de los nativos que trabajaban las tierras para el sustento de sus familias, pero cuando las tierras no estaban en su poder, estos caían en la desgracia, en la pobreza, quedando a merced del explotador.
[4]              Las visitas inesperadas de aquellas familias son parecidas a las visitas que en Latinoamérica y en especial en El Salvador, a los pobres no les interesa el tiempo como en las “sociedades del primer mundo”, que todo lo programan según su agenda y regularmente no tienen tiempo para relacionarse con sus parientes.

[5]              Con acepción a los teólogos de la teología de la Liberación.
[6]              Santa Biblia Reina y Valera 1960, Lucas 3.8-14

[7]              El mensaje del bautista refleja un mensaje anti-templo, su presencia en el desierto testifica este hecho.

[8]              2 Reyes 5.10-14

[9]              Ratzinger, J. (2007). Jesus de Nazaret. Ciudad del Vaticano: Libreria Editrice Vaticana. p.15

[10]             Dunn, J. (1977). El bautismo del Espiritu Santo. Buenos Aires, Argentina: METHOPRESS. p.22

[11]             Ibíd. p.22

[12]             Ibid.p.23
[13]             Texto bíblico tomado de la Santa Biblia Nueva Versión Internacional 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Mateo  3.7

[14]             Biblia Nueva Versión Internacional Mateo 14.4
               
[15]             Horsley, R. A. (2005). La revolucioin del Reino, como Jesus y Pablo trasformaron el mundo antiguo. España: Sal Terrae. p.44,  Mateo 14.5-12


[16]             Biblia Jerusalén 1998, Isaías 10:2
[17]             Biblia Nueva Versión Internacional, Lucas 2.23-24. En estos textos se reconoce el sector de procedencia de Jesús, los pobres, la ofrenda de tórtolas o palominos era la ofrenda de los pobres, según Levítico 12.6-8

[18]             Biblia Nueva Versión Internacional Mateo 2.46-55

[19]             Lucas 2.7

[20]             Lucas 2.41-47

[21]             Biblia Nueva Versión Internacional Lucas 2.52

[22]             Buscar más detalles al respecto, en el libro de Aurelio de Santos Otero “Los Evangelios Apócrifos, estudios introductorios y versión de los textos originales”. Biblioteca de Autores Cristianos, 2005
               
[23]             Mateo 4.1-11

[24]             Juan 3.1,2

[25]             Deuteronomio 11.19

[26]             Lucas 2.52

[27]             “varón profeta” Lucas 24.19; “rabí o maestro” Juan 3.2; “justo” Mateo 27.19; “hijo de Dios” Lucas 1.32…

[28]             Juan 1.35-42

[29]             Biblia Nueva Versión Internacional, Mateo 3.5

[30]             Mateo, Marcos, Lucas y Juan

[31]             Juan 3.23



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