Esta reflexión se compartió en un evento ecuménico juvenil entre evangélicos y católicos en la cuidad de Santa Tecla, El Salvador.
“Aunque lo más terrestre parece igual
que antes
Vida,
vida y más vida, poderosa serpiente cambiando su piel”[1]
La
poetisa salvadoreña Claudia Lars, originaria de Armenia, construye una sugestiva frase en su poema “vigilante”,
del libro Nuestro Pulsante Mundo, en este fragmento se puede apreciar lo
peculiar de la serpiente, la mudanza de su piel, por el resultado de su
arrastre sobre el suelo. Lo interesante de este típico animal, es que muda su
piel, piel que ya no le sirve y por medio de esta mudanza el animal se renueva,
nueva piel, nueva vida, aunque ella siga siendo el mismo personaje,
despojándose de lo que le afecta.
Los
pueblos del pasado tenían la peculiaridad de contemplar la realidad,
especialmente la naturaleza, la contemplación hacia la creación les hacía
reflexionar sobre la vida.
Las
distintas culturas transmitieron a las generaciones la concepción de la
creación por medio de personajes poderosos en gran manera, superior al ser
humano (Dioses), de ahí que el pueblo hebreo nos heredara por medio de las
Escrituras (génesis) la realidad de Dios, como iniciador de la vida.
La
existencia o la vida pro-viene de Dios y al contemplar la creación vemos su
gloria. Luego los seres humanos lo imitan, pro-creando.
El teólogo
Gerd Theissen, en su libro “El Jesús
Histórico” nos habla de la realidad de Dios:
“El
anuncio del reino de Dios lleva implícita la noción judía de Dios: Dios es la
voluntad de bien incondicional”[2].
Y el gran
rabino Moisés ben Maimón apodado Maimónides, agrega en su libro “Guía de Descarriados”:
“…sus
obras son todas perfectas y buenas. Dios sólo produce la existencia y todo lo
existente es bueno… ningún mal desciende de lo alto”[3]. Cuestión
que encarna Jesús de Nazaret.
Pero el
hombre se desvía de su creador, ese desvío se transforma en anti-vida.
El hombre
se cree dios, porque tiene poder, se cree superior. Un ejemplo práctico es la
fuerza que los hombres ejercen sobre otros, no para bien sino para mal.
El más
fuerte somete al débil, el astuto le roba al de poca astucia, el que cuenta con
los medios de producción explota al que no los tiene, aprovechándose de su
necesidad pagando lo que él quiere.
También el
que tiene capital explota al que quiere un poquito para sobre-vivir; pero luego
lo poco que le queda al trabajador se lo
regresa al capitalista, porque compra los mismos productos que produce.
El que
tiene armas se cree más poderoso que el que no la posee, cree que es para su
defensa, pero para lo único que sirve el
arma, es para matar. El malo mata al indefenso, le roba el pan de la mano a los
pobres.
La corrupción
es otro poder que mata, mata porque no beneficia a los más desamparados,
traiciona a su pueblo por el interés personal o colectivo; pero esa
colectividad es de unos cuantos (los “poderosos”), empobreciendo a las grandes
mayorías.
La ley de
la selva somete a nuestro pueblo y los más pobres son los que sufren más.
El padre
que somata a su mujer y los hijos llorando o viendo el teatro en vivo, es la
educación de cómo tratar a la mujer o a
los hijos.
El más
fuerte pega o mata, desde los más poderosos, los de cuello blanco, hasta los
más pobres de los pobres, repitiendo como loros la grande violencia que vive mi
gente.
¿Será que
“todo” es anti-vida?
No, la
verdad es que las grandes mayorías rechazan la injusticia, la violencia, la
extorsión o la muerte. La verdad es que los malos no son la mayoría, son pocos,
pero esos pocos hacen la diferencia, además los medios de in-comunicación
abonan resaltando los actos malos, pero omiten los actos buenos que son
innumerables, hechos concretos que invitan a vivir.
Este
evento es una de tantas cosas buenas que expresan los seres humanos.
Queremos
enseñarles que “sólo produce fuerza la unión de las fuerzas”[4],
todos somos fuertes si estamos unidos, la división y la resta debilita, la suma
y la multiplicación aumenta. Vivimos en un mundo que nos ha formado viviendo
vidas aisladas de nuestros hermanos y hermanas, todos somos hermanos, todos
procedemos de un mismo linaje, Adam.
La unión
de iglesias evangélicas y católicas es una acción que debe llevarnos a la
compresión o tolerancia de nuestras formas de concebir la vida material y
espiritual. La religión no es un medio para dividirnos sino para unirnos, y el
que enseña a odiarnos o a separarnos, no está en la luz, sino en la oscuridad.
Dios ha enseñado a este pueblo por medio de catástrofes: terremotos,
inundaciones, deslaves… y por medio de ello descubrimos que la humanidad, la
vida del otro, es tan apreciada que no nos importa que ideología filosófica,
política o religiosa poseen las personas, simplemente ayudamos, ayudamos a
nuestro hermano o hermana.
Martín
Luther King, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela… estos personajes históricos
transformaron su mundo y sobre todos, Jesús de Nazaret, su llamado es: unir al
pueblo a Dios, siendo uno con él, entendiendo a Dios como principio de vida.
Rechazando toda sombra de in-humanidad.
La unión y
la práctica de los valores humanos y cristianos destronan los anti-valores que
matan a la humanidad.
Los
valores como la justicia, la verdad, la vida, el respeto, la tolerancia, la
solidaridad, entre otros, no deben ser vistos como adornos nada más; sino
practicarlos, vivirlos.
El apóstol
Pablo escribió a los hermanos en Roma
Un
camino que la nueva generación no debe dejar pasar es: Educarnos por medio del
estudio, no lo abandones, estudia, estudia, estudia, no abandones la educación,
esfuérzate y sé valiente, llega hasta donde Dios te permita llegar, ama a tu
familia honra a tus padres, ama a tu pueblo, a tu gente, a tus hermanos y
hermanas.
La
práctica de los valores nos dará un mundo diferente, pero es de vivirlo, sino,
es pura utopía, un sueño imposible de alcanzar.
La
realidad de Dios se plasma cuando los seres humanos se encaminan por el sendero
de vida, cuando realmente tratamos de superar y abandonar lo malo que nos daña,
como la serpiente mudando su piel, el hombre y la mujer de verdad comienza a
tener vida y vida en abundancia.
Isaías 32:17
“Y el efecto de la justicia será
paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre”.
Bibliografía
Biblia
Reina Valera 1960
Lars, Claudia. Nuestro Pulsante Mundo. San Salvador, El Salvador:
Ministerio de Educación Direccion General de Cultura, Direccion de
Publicaciones, 1963.
Merz, Gerd Theissen y Annett. El Jesús Histórico. Salamanca, España: SIGUEME, 1999.
Maimón, Rabí Moisés ben. Guia de Descarriados.
Barcelona, España: Ediciones Obelisco, 1997.
Masferrer, Alberto. Ensayo sobre el
desenvolvimiento político de El Salvador, la nueva Centro América. Santa
Tecla, El Salvador: Clásicos Roxsil, 1996.
[1] Lars,
Claudia. Nuestro Pulsante Mundo. San Salvador, El Salvador: Ministerio
de Educación Direccion General de Cultura, Direccion de Publicaciones, 1963.
p.16
[3] Maimón, Rabí Moisés ben. Guia de Descarriados. Barcelona, España:
Ediciones Obelisco, 1997. p.217
[4] Masferrer, Alberto. Ensayo sobre el desenvolvimiento político de El
Salvador, la nueva Centro América. Santa Tecla, El Salvador: Clásicos
Roxsil, 1996. p.49
[5] Romanos 12.21
No hay comentarios:
Publicar un comentario