viernes, 15 de agosto de 2014

VIDA, RETORNANDO A DIOS POR MEDIO DE LOS VALORES

Esta reflexión se compartió en un evento ecuménico juvenil entre evangélicos y católicos en la cuidad de Santa Tecla, El Salvador.

“Aunque lo más terrestre parece igual que antes
Vida, vida y más vida, poderosa serpiente cambiando su piel”[1]

La poetisa salvadoreña Claudia Lars, originaria de Armenia, construye  una sugestiva frase en su poema “vigilante”, del libro Nuestro Pulsante Mundo, en este fragmento se puede apreciar lo peculiar de la serpiente, la mudanza de su piel, por el resultado de su arrastre sobre el suelo. Lo interesante de este típico animal, es que muda su piel, piel que ya no le sirve y por medio de esta mudanza el animal se renueva, nueva piel, nueva vida, aunque ella siga siendo el mismo personaje, despojándose de lo que le afecta.

Los pueblos del pasado tenían la peculiaridad de contemplar la realidad, especialmente la naturaleza, la contemplación hacia la creación les hacía reflexionar sobre la vida.

Las distintas culturas transmitieron a las generaciones la concepción de la creación por medio de personajes poderosos en gran manera, superior al ser humano (Dioses), de ahí que el pueblo hebreo nos heredara por medio de las Escrituras (génesis) la realidad de Dios, como iniciador de la vida.

La existencia o la vida pro-viene de Dios y al contemplar la creación vemos su gloria. Luego los seres humanos lo imitan, pro-creando.

El teólogo Gerd Theissen, en su libro “El Jesús Histórico” nos habla de la realidad de Dios:
“El anuncio del reino de Dios lleva implícita la noción judía de Dios: Dios es la voluntad de bien incondicional”[2].

Y el gran rabino Moisés ben Maimón apodado Maimónides, agrega en su libro “Guía de Descarriados”:

“…sus obras son todas perfectas y buenas. Dios sólo produce la existencia y todo lo existente es bueno… ningún mal desciende de lo alto”[3]. Cuestión que encarna Jesús de Nazaret.

Pero el hombre se desvía de su creador, ese desvío se transforma en anti-vida.
El hombre se cree dios, porque tiene poder, se cree superior. Un ejemplo práctico es la fuerza que los hombres ejercen sobre otros, no para bien sino para mal.

El más fuerte somete al débil, el astuto le roba al de poca astucia, el que cuenta con los medios de producción explota al que no los tiene, aprovechándose de su necesidad pagando lo que él quiere.

También el que tiene capital explota al que quiere un poquito para sobre-vivir; pero luego lo poco que le queda al trabajador se  lo regresa al capitalista, porque compra los mismos productos que produce.

El que tiene armas se cree más poderoso que el que no la posee, cree que es para su defensa, pero para lo único que  sirve el arma, es para matar. El malo mata al indefenso, le roba el pan de la mano a los pobres.

La corrupción es otro poder que mata, mata porque no beneficia a los más desamparados, traiciona a su pueblo por el interés personal o colectivo; pero esa colectividad es de unos cuantos (los “poderosos”), empobreciendo a las grandes mayorías.

La ley de la selva somete a nuestro pueblo y los más pobres son los que sufren más.
El padre que somata a su mujer y los hijos llorando o viendo el teatro en vivo, es la educación de cómo tratar a la mujer  o a los hijos.

El más fuerte pega o mata, desde los más poderosos, los de cuello blanco, hasta los más pobres de los pobres, repitiendo como loros la grande violencia que vive mi gente.

¿Será que “todo” es anti-vida?

No, la verdad es que las grandes mayorías rechazan la injusticia, la violencia, la extorsión o la muerte. La verdad es que los malos no son la mayoría, son pocos, pero esos pocos hacen la diferencia, además los medios de in-comunicación abonan resaltando los actos malos, pero omiten los actos buenos que son innumerables, hechos concretos que invitan a vivir.

Este evento es una de tantas cosas buenas que expresan los seres humanos.
Queremos enseñarles que “sólo produce fuerza la unión de las fuerzas”[4], todos somos fuertes si estamos unidos, la división y la resta debilita, la suma y la multiplicación aumenta. Vivimos en un mundo que nos ha formado viviendo vidas aisladas de nuestros hermanos y hermanas, todos somos hermanos, todos procedemos de un mismo linaje, Adam.

La unión de iglesias evangélicas y católicas es una acción que debe llevarnos a la compresión o tolerancia de nuestras formas de concebir la vida material y espiritual. La religión no es un medio para dividirnos sino para unirnos, y el que enseña a odiarnos o a separarnos, no está en la luz, sino en la oscuridad. Dios ha enseñado a este pueblo por medio de catástrofes: terremotos, inundaciones, deslaves… y por medio de ello descubrimos que la humanidad, la vida del otro, es tan apreciada que no nos importa que ideología filosófica, política o religiosa poseen las personas, simplemente ayudamos, ayudamos a nuestro hermano o hermana.

Martín Luther King, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela… estos personajes históricos transformaron su mundo y sobre todos, Jesús de Nazaret, su llamado es: unir al pueblo a Dios, siendo uno con él, entendiendo a Dios como principio de vida. Rechazando toda sombra de in-humanidad.

La unión y la práctica de los valores humanos y cristianos destronan los anti-valores que matan a la humanidad.

Los valores como la justicia, la verdad, la vida, el respeto, la tolerancia, la solidaridad, entre otros, no deben ser vistos como adornos nada más; sino practicarlos, vivirlos.

El apóstol Pablo escribió a los hermanos en Roma
“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” [5]

            Un camino que la nueva generación no debe dejar pasar es: Educarnos por medio del estudio, no lo abandones, estudia, estudia, estudia, no abandones la educación, esfuérzate y sé valiente, llega hasta donde Dios te permita llegar, ama a tu familia honra a tus padres, ama a tu pueblo, a tu gente, a tus hermanos y hermanas.

La práctica de los valores nos dará un mundo diferente, pero es de vivirlo, sino, es pura utopía, un sueño imposible de alcanzar.

La realidad de Dios se plasma cuando los seres humanos se encaminan por el sendero de vida, cuando realmente tratamos de superar y abandonar lo malo que nos daña, como la serpiente mudando su piel, el hombre y la mujer de verdad comienza a tener vida y vida en abundancia.

Isaías 32:17
“Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre”.


Bibliografía
Biblia Reina Valera 1960

Lars, Claudia. Nuestro Pulsante Mundo. San Salvador, El Salvador: Ministerio de Educación Direccion General de Cultura, Direccion de Publicaciones, 1963.

Merz, Gerd Theissen y Annett. El Jesús Histórico. Salamanca, España: SIGUEME, 1999.

Maimón, Rabí Moisés ben. Guia de Descarriados. Barcelona, España: Ediciones Obelisco, 1997.

Masferrer, Alberto. Ensayo sobre el desenvolvimiento político de El Salvador, la nueva Centro América. Santa Tecla, El Salvador: Clásicos Roxsil, 1996.




[1]           Lars, Claudia. Nuestro Pulsante Mundo. San Salvador, El Salvador: Ministerio de Educación Direccion General de Cultura, Direccion de Publicaciones, 1963. p.16


[2]           Merz, Gerd Theissen y Annett. El Jesús Histórico. Salamanca, España: SIGUEME, 1999. p.310

[3]           Maimón, Rabí Moisés ben. Guia de Descarriados. Barcelona, España: Ediciones Obelisco, 1997. p.217

[4]           Masferrer, Alberto. Ensayo sobre el desenvolvimiento político de El Salvador, la nueva Centro América. Santa Tecla, El Salvador: Clásicos Roxsil, 1996. p.49


[5]           Romanos 12.21

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