Un camino conocido pero no practicado
La característica común de personajes como Mahatma Gandhi, Martín Luther
King, Dietrich Bonhoeffer, Nelson Mandela y en especial Jesus de Nazaret,
presentan una lucha contra la injusticia.
Como salvadoreños hemos tenido conflictos históricos y hemos sufrido,
y todo tienen que ver con el odio del hermano contra el hermano, donde el fruto
es el derramamiento de sangre, miles de los nuestros, ofrendaron sus vidas en
nuestras calles y lo curioso es que la sangre no deja de correr. ¿Fue la
coyuntura lo que generó la
lucha armada o fue el corazón malvado del hombre contra el hombre? Porque el
odio del hombre contra el hombre sigue y con mucha intensidad. En las
Escrituras Santiago nos dice:
“¿De dónde vienen las
guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales
combaten en vuestros miembros?” (Santiago 4:1), cientos de años atrás este
personaje hacía una descripción de la problemática que vive el hombre.
A diferencia de nuestro pueblo que trataron de “cambiar” las
injusticias por medio de la fuerza, los personajes mencionados probaron con la
fuerza del amor, no es un amor como lo ha desfigurado Hollywood, donde es más
romantico que otra cosa, el amor o el valor hacia la vida que mostraron, hizo
que estos lucharan a favor de ella (la vida), su modelo en contra del sistema
establesido, por medio del protestas pacificas, mostraban un amor en acción,
acción no violenta, ese amor no es ciego ante la injusticia, conoce su realidad
que afecta a sus hermanos y pelea por el bien de todos. Aunque la mayoría de
ellos estaban concientes que sus vidas corrian peligro; pero es la exigencia
del amor, una entrega total.
Hoy vivimos un nuevo tiempo donde no ignoramos la realidad que vivimos,
porque la vida es sagrada y debemos de exigirnos como nueva generación:
negarnos a colaborar con el mal, por muy pequeña que sea nuestra participación, somos complices.
No
debemos participar con los que matan, desprecian, excluyen al ser humano.
Pienso que todos somos hermanos,
“porque todos vivimos en esta casa, la
tierra, el techo es el enorme cielo”.
En lo religioso se respira un aire de odio, la mayoría de los líderes
dice poseer la verdad, y los que no estan con ellos, son los enemigos, los
“paganos”, los “hijos del Diablo”o los “herejes”; pero no reconocemos que
luchamos contra nuestro hermano, y lo que sucede es un querer tener más que el
otro, tener más miembros, pensamos que el tener más, Dios estará más con
nosotros y la paradoja es que Jesús nunca pensó con megas congregaciones, su
ministerio inició con doce y que estos en el caminar de la vida hicieran
discípulos. El Mismo Jesús corrigió a uno de sus apóstoles, cuando le dijo que
había uno que echaba fuera demonios en su nombre Lucas 9.49-50, ¿porque nosotros
odiamos a los que sirven en el nombre de Jesús simplemente porque no están con
nosotros? Dios no quiere eso para nuestro pueblo, sino que practiquemos
justicia y la unidad entre los unos con los otros.
Lo que el hombre debe odiar es el soborno, el desprecio, la
deshonestidad, entre otros.
El esfuerzo de nuestras vidas debe centrarse en hacer siempre el bien
a nosotros mismos y a nuestros semejantes, nunca jamás lo contrario, nuestras
fuerzas no deben desperdiciarse, en los deseos o paciones que pueden perder a
cualquiera (las drogas, sexo, malas amistades…).
Pelea ferozmente ante los deseos que nos carcomen, practica la
justicia, no mientas, no robes, no engañes, no extorsiones, no maltrates a tu
prójimo respétalos, no pierdas tu tiempo en asuntos que no tienen valor, da tu
tiempo a lo que realmente tiene valor y te ayudará en la vida.
Practica la lectura de Buenos libros, uno de los mejores es la Biblia,
encontrarás la experiencia de muchos autores que describen sus vivencias con
las personas y con el Ser que les guiaba, los judios le llaman El Eterno, otros
yaveh, Jehová, El Todopoderoso… en el Nuevo Testamento encontraremos la vida,
obra, muerte y resurrección de Jesús y sus seguidores; como el apostol Pablo,
Santiago, Juan…
Practica la justicia, se un buen hombre y una buena mujer, con tus
hijos, esposa o esposo. El ser bueno no se mide deacuerdo a las poseciones
terrenales que uno posea sino por tus buenas acciones. No te avergüences si en
el caminar no podemos llenar nuestras propias espectativas; lo importante de
esto es dar siempre lo mejor de nuestro ser. Como dijo Gandhi “plenitud de
esfuerzo es plenitud de victoria”. Unamonos con los que pelean o luchan por un
mundo mejor, uno sólo difícilmente puede generar cambios, la unidad de un
pueblo puede hacer mucho más.
Nunca te olvides de Dios soberano, un Dios que ama la vida, da el
aire, el agua, su sol para buenos y malos y defiende al necesitado, y espera
que el hombre y la mujer sigan sus huellas, muchos religiosos le
dejan todo a Dios; pero su palabra es una instrucción para que el hombre
accione, que lleve el consejo de Dios a una praxis o practica; pero esta
practica tiene que ver con el hacer el bien a los hombres, especialmente a los
más desafortunados, hemos cuestionado a los politicos de no hacer nada por el
“pueblo”;pero con que cara los seguidores de Jesús reclamamos si los que
debemos de dar el ejemplo somos los religiosos:
Isaías 1:17 “¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al
opresor! ¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!”
Cuando busquemos hacer justicia, que tanta falta nos hace,
cosecharemos el deseado fruto:
Isaías 32:17 “Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo
y seguridad para siempre”.
·
Vive la vida de la
mejor manera, pero tienes que saber que de todo daremos cuenta. Eclesiastés
11.9-10
No hay comentarios:
Publicar un comentario