viernes, 25 de octubre de 2013

El cristiano y su medio ambiente



Como cristianos hemos centrado nuestras vidas en cuestiones como el trabajo, la salud, la educación, la protección física y patrimonial; pero existe un área descuidada, que no solo el cristiano descuida, sino la mayoría de los seres humanos. Lo que se descuida en el medio ambiente, es la naturaleza. La Biblia nos describe de forma explícita que desde el origen de la humanidad, la vinculación del hombre con la tierra y todo lo que en ella hay. Nuestros antepasados (pueblo Maya, Pipil, Tolteca…), tenían una cercanía con la naturaleza, aun sus enseñanzas tenían que ver con el huso de la naturaleza, sus escritos, poesía, historias; además presenta el origen de la vida a partir del fruto de la tierra (el maíz). Las civilizaciones todas, vivimos la vida conforme lo que produce la tierra, ello la importancia que debe tener, porque sin la conservación de la tierra, del medio ambiente, la vida se pierde.

Gen 2:4-7 
“Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.

Como podemos comprender, las escrituras del Antiguo Testamento, nos presentan, en estos cuatro versículos un énfasis en la tierra, en la naturaleza, de ahí la vida del ser humano.
La vida de Jesús nos presenta una realidad diferente a lo que estaban acostumbrados los religiosos de su tiempo, estaban acostumbrados al derramamiento de sangre, en cambio Jesús nos enseña a celebrar la vida, por medio de los elementos, junto a sus seres más cercanos, pan y vino. La convivencia entre los suyos era alrededor del fruto de la tierra. Celebra la vida, aunque tenía la facilidad de mandar a comprar o pedir un cordero, no lo hiso; sino más bien, le dio énfasis a lo que el Padre le dio importancia desde el principio, la vida, la naturaleza, el medio ambiente.

            El especialista y luchador a favor de la ecología, Jerry Mander, nos narra la dificultad que vivimos hoy día apartado de la realidad de Dios, de la naturaleza, en su libro en Ausencia de lo Sagrado; su planteamiento objetivo, llama a una reflexión sobre el deterioro de la naturaleza, o de su destrucción, la cual el mismo hombre no se opone.

            Las políticas neo-liberales dan énfasis a lo “estético”, que no tiene que ver con la naturaleza, con el medio ambiente, sino más bien con el concreto, con lo plástico…
            El hombre se ha vuelto en contra de la creación, la ataca aunque existen leyes que supuesta-mente la protegen, pero en la práctica se omite.

            En El Salvador la constitución de la república expone de manera tajante el derecho de los seres vivos, como la naturaleza:

            “ES DEBER DEL ESTADO PROTEGER LOS RECURSOS NATURALES, ASÍ COMO LA DIVERSIDAD E INTEGRIDAD DEL MEDIO AMBIENTE…”[1].

Existe otro recurso que promueve la protección de la naturaleza y por ende la protección al ser humano como la “Ley del medio ambiente”.

Estos recursos están a favor de la naturaleza; pero la realidad salvadoreña es otra, el salvadoreño común, como en otras latitudes del mundo, no le prestan atención a la grandeza de la tierra. El abandono de las tierras, que en estos tiempos es frecuente, está siendo explotada por la gran empresa. Si los hombres pudieran ver en la tierra, el medio para vivir, dejarían de padecer enfermedades sicosomáticas. La vida del campo ya ratos se dejó, los seres humanos llamados por la falsedad del progreso, dejan lo que verdaderamente le da vida, sus tierras.

La ley en pocas palabras no tiene mayor sentido, la corrupción de los “grandes”, las constructoras que no tienen conciencia del daño que le causan al hombre, por el afán de “ganar”, cuando en realidad se pierde, pierde la naturaleza, se pierde la vida.

En El Salvador existe una ciudad llamada Santa Tecla, el alcalde Lic. Oscar Ortiz, lleva 13 años de gobierno, gobierno positivista de izquierda liberal. Como toda visión abierta a la  globalización, esta ciudad tiene como fin incrementar la dinámica económica, ha realizado a juicio de sus seguidores una gran obra de tipo estructural, ha construido la famosa “vía el Carmen”.




El comercio es una realidad, en la Villa el Carmen; pero ¿a costa de qué?, de la naturaleza, la cual es destruida.

Las imágenes hablan por sí solas:





la imagen  presenta una “remodelación”, pero eso conlleva a colocar acera o concreto, lo que implica serrar un filtro más en la tierra, pero eso no es todo, la tala de árboles que llevan años en el parque se ven afectados por la “remodelación”, los árboles mueren por el interés económico del hombre.
Como podemos apreciar este árbol estorbaba los planes de la comuna para realizar la “remodelación”, la imagen refleja su tamaño y su vejes, cerca del árbol se encuentra un auto móvil y el árbol es casi de su tamaño. ¿Cuánto tiempo lleva un árbol ser como este? Tarde o temprano lo que le hacemos a la naturaleza lo terminaremos haciendo con el hombre.


La pregunta del millón ¿Por qué se comete esta barbaridad con nuestra naturaleza?
Sencillo, son intereses económicos, en la ciudad de Santa Tecla se ha “remodelado”, una parte del parque que fue donado por una de las familias históricas de esta ciudad por medio de un hombre altruista. 
Los clientes necesitan parqueo, pero la alcaldía ha visto un medio para percibir ingresos, o sea un parqueo muy rentable.



La mayoría de estos establecimientos realizan sus tareas en altas horas de la noche, muchos de los habitantes de estas zonas terminaron vendiendo o alquilando sus casas, por el ruido que estos ocasionaban.
En la imagen de abajo podemos apreciar la construcción de uno de los estacionamientos de la alcaldía, se cobra un dólar la hora o fracción.


¿Qué podemos hacer como cristianos comprometidos con el Dios de la vida?
Necesitamos toda la ayuda posible para detener esta maquinaria que no respeta a Dios y las leyes patrias además su interés es el dinero.
La oración y la acción de los cristianos son importantes, necesitamos unirnos como cristianos evangélicos, católicos y de cualquier movimiento en pro de la naturaleza, en pro de la vida.

[1]              Constitución de la República de El Salvador artículo No. 117

No hay comentarios:

Vistas de página en total